¿Cuántos pequeños golpes te has dado a lo largo del día?Tal vez hoy ninguno pero hay días que te los das todos juntos. ¿A quién no le ocurre?Que si la pata de la cama al levantarse por la noche, con la luz apagada y con cierta urgencia....para colmo más dormido que despierto y aaah! el dedito meñique del pie late como si el corazón se hubiera ido a instalar allí mismo y piensas: "ya me quedé sin uña".
Los accidentes domésticos son muy habituales. Las esquinas de las mesas, las puertas de los armarios que nos dejamos abiertos. Son pequeñas contusiones en potencia que amenazan con hacerse efectivas en cualquier momento.
Al final de "esos días" acabamos con no menos de dos o tres pequeños golpes repartidos a lo largo y ancho de nuestra anatomía.
Pero a veces "esos días" de pequeños accidentes parecen tener efecto mariposa en el resto de los habitantes de la casa.
El peque que llega de la guarde con el chichón en medio de la frente, no hay herida pero el volumen de la "pelota" es considerable y ya se atisba entre la rojez ese color morado tan alarmante que nos hace mirarlo con pena y nos hace sentir su propio dolor, a la vez que rápidamente nuestra mente busca el remedio adecuado para calmarle el dolor y la hinchazón, además de los besos y los mimos claro está.
Aún el día no ha acabado y ves entrar por la puerta a un hombre equipado con ropas de haber hecho una media maratón a la pata coja, grandes gotas de sudor recorriéndole el rostro y la camisa pegada al cuerpo como si hubiera estado encerrado en una sauna. La zapatilla de deporte desatada y el tobillo amoratado. Sin duda la media maratón se quedó en cuartos pero enseguida pensamos en el remedio para aliviar el dolor.
¡Ring! ¡Ring!...suena el teléfono con una urgencia inusual....bueno no, suena como siempre pero de repente sientes el pálpito de que algo pasa. Es tu madre preguntando: ¿Dónde habrá dejado aquel gel tan bueno que usa siempre para aliviar los dolores del abuelo? No recordaba que le habías dejado un tubo nuevo en el cajón de la cómoda.
Exhausta del día pero satisfecha de haber tenido a mano el remedio adecuado y efectivo para "esos días" miras el tubo de ÁRNICA GEL y sonríes pensando....soy la mejor administrando el mejor remedio para las contusiones de la familia.
Pues si, tener a mano ÁRNICA GEL y conocer sus posibles aplicaciones te puede hacer más llevadero ese día de sustillo además de brindarte la oportunidad de ofrecer a los tuyos un alivio y un mimo mientras aplicas una fina capa de este gel sobre la contusión o el morado.
De una sola pasada o renovando la aplicación 2 o 3 veces más reducimos y mejoramos el tiempo y el aspecto de la contusión. Tiene la ventaja de que se absorbe muy rápido, sin dejar residuos y no mancha.
Es uno de los indispensables en nuestro botiquin. En el mio tiene un lugar de honor y siempre lo tengo a mano para el uso de toda la familia.
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