Tal vez aún no estemos acostumbrados a consumir alimentos integrales en nuestra dieta diaria. Conocer un poquito más acerca de éstos alimentos nos puede hacer cambiar de opinión.
Ciertamente pueden necesitar un poco más de tiempo para cocinarlos pero su sabor y textura se harán agradables al paladar enseguida, ya que su sabor natural combina bien con cualquier alimento con el queramos mezclarlo.
Por suerte ya se dispone de variadas y sabrosas recetas que son muy fáciles de hacer y de encontrar.
Tomar alimentos integrales nos ofrece una gran cantidad de ventajas para nuestra salud desde que comenzamos a introducirlos en nuestra alimentación.
Si no se tiene costumbre, la recomendación es que empecemos incorporándolos gradualmente para que nos acostumbremos a los nuevos sabores y a las reacciones de nuestro organismo que no se harán esperar.
Desde que damos el primer bocado ya nos esta beneficiando. Los alimentos integrales, como todos los alimentos, deben ser bien masticados. Masticar hasta que el alimento pase a ser una pasta líquida ayuda a que asimilemos mejor los nutrientes y hará las digestiones menos pesadas.
Mientras masticamos salivamos mejor, favoreciendo que las glándulas salivares segreguen una proteína que funciona como una hormona y que se llama Parotina.
La importancia de esta hormona es que interviene en numerosos procesos de regeneración y regulación en los tejidos como pueda ser en los huesos o la estabilización de los niveles de glucosa entre otras muchas actividades que se llevan a cabo en nuestro organismo.
De manera general se puede decir que ayuda a rejuvenecer el cuerpo reduciendo el envejecimiento.
Los alimentos integrales contienen toda su envoltura que nos aporta fibras importantes para el correcto funcionamiento de los intestinos. Su germen y el salvado son portadores de vitamina E, complejo de vitaminas B y minerales como selenio, zinc, hierro, magnesio y fósforo. Sin olvidar las proteínas, hidratos de carbono complejos y sustancias protectoras como los lignanos (fitoesteroles vegetales) que contienen importantes propiedades para combatir las enfermedades cardíacas y el cáncer.
Por lo tanto en la prevención del cáncer de colon los cereales integrales fermentan y la flora intestinal los convierte en ácidos grados de cadena corta que hacen que se reduzca la actividad de los factores que lo favorecen.
Ayudan a aumentar el volumen de las heces y envuelven el carcinógeno que es eliminado antes de producir problemas.
Contener hidratos de carbono complejo evitan que tengamos una rápida elevación de glucosa en sangre previniendo la aparición de diabetes tipo 2.
Nos proporciona energía durante más tiempo siendo una opción muy recomendable para los desayunos.
Cuando comemos alimentos integrales estamos aportando al organismo un alimento lleno de nutrientes naturales porque cuando nos alimentamos con productos que contienen harinas refinadas ( bollos, pan blanco...) estamos consumiendo productos a los que se les ha restado sabor, pues tienen que añadirles azúcares y saborizantes, además de restarles calidad nutricional.
Consumir legumbres y semillas serán una opción muy saludable además de placentera en nuestros platos. Si además sustituimos los productos refinados como el pan blanco, arroz y pastas por los integrales contribuiremos a mejorar nuestra salud en gran medida.
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