Es
habitual que cuando sentimos la necesidad de una crema cosmética
dudemos de cuál es la apropiada para nuestro tipo de piel y de si
obtendremos los resultados que nos proponemos conseguir con nuestra
elección.
Les
propongo unas nociones básicas sobre los tipos de piel y las clases
de cremas que son más apropiadas para cada una de ellas, así a la
hora de adquirirlas iremos con mas seguridad sobre lo que
necesitamos, y entenderemos mejor los consejos que nos aporten sobre
las diferentes ofertas cosméticas que están a nuestro alcance.
Básicamente
y sin entrar en patologías de la piel como las dermatitis,
psoriasis, pieles atópicas, alergias, etc, que necesitarían de un
tratamiento específico tratante, los tipos de piel para los que la
industria cosmética trabaja son aquellas que en su variedad, son
pieles sanas y que por sus características generales tienden a tener
siempre unas necesidades comunes.
Por
ejemplo: no envejece de la misma manera una piel grasa que una piel
seca, por lo tanto las necesidades de estos tipos de piel serán
diferentes con el paso del tiempo pero su evolución es siempre la
misma (siempre que la piel esté sana y sin otro tipo de
complicación).
Vamos
a identificarlas teniendo en cuenta sus características generales:
- Piel normal: sería la piel ideal para todas, su aspecto es hidratado y uniforme, es decir lisa y elástica. Sin apreciación ni señales de poros ni presencia de brillos. Con una secreción sebácea normal para la propia protección natural de la piel.
- Piel seca: de aspecto fino y flexible, el tamaño de su poro es pequeño y si acaso poco visible en la zona central, la secreción sebácea escasa. En ocasiones puede ser escamosa y áspera en su superficie si está deshidratada, presentando grietas, falta de elasticidad y flexibilidad.
- Piel mixta: este tipo de piel presenta una combinación entre la piel grasa y seca, presentando la parte mas grasa en la zona de la nariz, frente y barbilla donde el aspecto es mas brillante, con presencia de imperfecciones como poros dilatados, puntos negros y espinillas. El resto de la piel es seca, de aspecto fino y sin las imperfecciones que presenta en la zona grasa.
- Piel grasa: la piel grasa se caracteriza por tener mayor actividad en sus glándulas sebáceas. Dentro de este tipo de pieles podemos encontrar la piel grasa seborreica de aspecto brillante, su textura es grasa, untuosa y sin escamas. Los poros son perfectamente visibles, con presencia de imperfecciones: puntos negros y espinillas.
- Piel grasa deshidratada: que es aquella que pierde el agua por evaporación más fácilmente por la acción de las glándulas sebáceas que cambia su composición viéndose disminuida la cantidad de lípidos hidrófilos que mantienen la humedad natural de la piel.En este tipo de piel se puede sentir tirantez en algunas zonas, sobre todo después de limpiarlas.
Piel
grasa asfíctica:
es la piel que por la utilización de cosméticos inadecuados ha
afectado la estructura natural de ésta convirtiéndola en una piel
asfixiada. La piel presenta zonas grasas de aspecto untuoso y zonas
mate de aspecto opaco y sin luminosidad. Suele presentar rojeces y
marcas debido al taponamiento de los poros por el sebo que propicia
la aparición de quistes sebáceos y que deja secuelas si no se
cuidan bien.
Todos
estos tipos de piel son susceptibles de tornarse sensibles en alguna
ocasión o padecer una sensibilidad permanente. Todo ello viene
condicionado por la incapacidad de la piel de reaccionar frente a
estímulos que de forma normal no producirían ningún tipo de
problema (rojez, tirantez, picor, acné, dermatitis, cambios de
temperatura...etc).
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